miércoles, 25 de enero de 2012

numeralia


fueron al menos cinco meses (tirando a cuatro años) de emociones fuertes que fueron bajando el volumen poco a poco hasta convertirse en un profundo malestar evadido mucho más tiempo del conveniente. tres años y medio de tres despertadores sonando insistentemente desde las cinco de la mañana, de salir de mi casa de noche y con muchas más capas de ropa de las que sería razonable. un mes completito de despedidas, intentos de cierre y transferencias frustradas. un mes también de mudanzas permanentes y mes y medio de visitas y de una desconcertante desterritorialización.

quise saltar al vacío y caí en blandito, sin vértigo y con una fluidez que sigue sorprendiéndome. las últimas tres semanas han sido un lento reorganizar mi vida, mis tiempos, mi rutina; un asumir una condición que, si no es ideal y sigue teniendo demasiados componentes efímeros y provisionales como para tranquilizar a mi pobre padre, me encanta. queda pendiente reorganizar mi espacio pero no todo está todavía bajo mi control.

un año completo de lecturas incompletas, intentos frustrados de escritura y silencio excesivo que estoy decidida que deje su lugar a un año de leer y escribir mucho y de hacerlo por placer.

hoy siento que estoy de vuelta, me veo, veo mi vida y me gusta lo que veo. sé que los cambios no han terminado y que mi espacio no estará ordenado del todo en mucho tiempo; pero también sé que ha vuelto el sentido perdido y que me espera una temporada de nuevos aprendizajes y de volver a ser dueña de mí.