Desde hace años me dan ataques repentinos que me hacen oir una canción tan obsesivamente como si tuviera 6 años. Mi hermana le puso a estas canciones "propósitos" porque decía que me proponía hacer que ella las odiara (esto sólo se puede entender en un contexto en que los adolescentes teníamos grabadoras y no ipods).
Este razgo obsesivo de mi personalidad se ha mantenido desde hace muchos años y este fin de semana me atacó de nuevo, del todo, con No me nombres de Andrés y Javier Calamaro:
1 comentario:
Mi rocola interior se identifica con estos avatares musicales que comentas. Como bien sabes, yo despierto con una canción distinta todos los días... y qué miedo porque así a uno le queda más que claro la cantidad de mierda que es capaz de acumular el inconsciente... Así voy derrochando yo notas musicales por la vida. Ayer fue "I'm singing in the rain", no me quejo. Pero la semana pasada fue "Hakuna Matata"... (sin comentarios)
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