miércoles, 17 de febrero de 2010

absurdos

Hay mucha gente que cree que la educación es un gran negocio. Temo desilusionarlos, la educación es desgastante siempre, satisfactoria a veces pero no es (o al menos me empecino en creerlo) una mera operación mercantil. Poner una escuela puede ser un buen negocio, no lo niego, pero definitivamente es mucho más que un negocio. El problema es que hay mucha gente que o no lo entiende o es completamente cínica.

No quiero entrar en detalles de intenciones y finalidades, sólo quiero hablar de dos elementos que resultan absolutamente evidentes: el nombre y la imagen. Todos sabemos que poner nombre es algo bastante complejo, pero para algunos parece ser una barrera infranqueable. Todos hemos visto escuelitas y escuelotas, jardines de niños y "universidades" con nombres completamente increíbles que van de lo pretencioso a lo simplemente sublime. Mis favoritos personales son el Instituto Panecléctico de Puebla y la Escuela Minimalista de Ciencias Penales. Me encanta también la historia que cuenta G. sobre los incautos que querían ponerle Iván Illich a su escuela.

También son inexplicables las imágenes y logotipos que asocian a las escuelas. Insisto, una escuela es algo serio y no puede ser que el logotipo sea la caricatura de un poeta chileno muerto recientemente o un grupo de niños deteniendo una llave porque la escuela (que no es sólo un jardín de niños) se llama Ignacio de la Llave. Una cosa es el kinder Blanca Nieves al que fueron mis primos hace treinta años cuando los jardines de niños no tenían siquiera que registrarse ante la SEP y otra estudiar en una secundaria o una preparatoria que claramente no se toma en serio a sí misma. ¿Se imaginan un certificado de preparatoria o un título de licenciatura que se entregue junto con un diploma con fulanitos o personajes de disney? Tristemente sospecho que nos falta muy poco.

lunes, 15 de febrero de 2010

digo

será porque no soy abogada pero hay discusiones que me parecen poco menos que bizantinas. ¿qué es eso de la intención del legislador? la idea de que para interpretar adecuadamente una ley debemos ser capaces de descubrir cuál era la intención inicial de quien la escribió no puede ser más que una quimera.

si muchas veces en realidad no estamos seguros ni de las propias intenciones, cómo prentendemos descubrir y defender lo que movía a un revolucionario empistolado encerrado durante dos meses en un teatro en querétaro [en el mejor de los casos] o a un diputado que vota no por convicción sino por obediencia o cálculo político [en el caso más probable]. ¿qué oráculo o máquina del tiempo se usa para conocer las intenciones de un individuo concreto? porque podría sugerirles algunos usos mucho más útiles como desentrañar los misterios de roswell o averiguar de una vez por todas qué pasó con muñoz rocha o quién mató a paco stanley.

incluso suponiendo que tuviéramos maneras indiscutibles de conocer la intención del legislador ¿qué importancia tiene si el contexto concreto al que respondía la ley no es ya el contexto actual? lo realmente importante no es qué entendía el revolucionario empistolado por derecho, igualdad o secularismo sino cómo se debe entender ahora, cuáles son sus implicaciones y sobre todo en dónde está el bien mayor.

este tipo de argumentos tienen a un dentista y a un vendedor de seguros decidiendo qué de la historia de estados unidos debe enseñarse y cómo debe hacerse (http://www.nytimes.com/2010/02/14/magazine/14texbooks-t.html?pagewanted=1) y de ahí a convertir el país en una teocracia militarizada hay un paso pequeñísimo.

domingo, 14 de febrero de 2010

hoy tocan avisos varios

  1. acabé ayer el suelo bajo sus pies y el mundo sigue girando, la única consecuencia fue el cólico renal que me atacó anoche y no se ha ido del todo
  2. sé que debo desde el miércoles el recuento cuantitativo, lo haré cuantiantes, lo prometo
  3. este blog llegó ayer a los 3 mil visitantes desde noviembre de 2008. como sé bien que en realidad casi todos son los mismos asiduos lectores/amigos se los agradezco desde el fondo de mi corazón

miércoles, 10 de febrero de 2010

de calcetines y otras cosas

¿Pueden unos calcetines hacerte sentir vulnerable? La respuesta es, sin duda. Tengo unos calcetines simplemente espantosos. Son del tono más feo imaginable de azul turquesa con grandes bolas (que al ponérmelos resultan más ovoides que circulares) blancas, naranjas y rosas. Son ofensivamente feos; nada combina con nada más y las bolas están repartidas de manera absolutamente arbitraria por lo que la ausencia de simetría o algún otro tipo de distribución armónica me desconcierta y me pone muy nerviosa.

Toda la semana pasada y hasta ayer no hubo agua en la casa porque cambiaron el tinaco de la azotea y eso significa que hoy en la mañana no tenía calcetines limpios, excepto los horrorosos calcetines azules. No quiero que me malinterpreten, son horribles pero les tengo cariño, me los regaló una tía madrileña que se especializa en dar regalos inverosímiles y decir "si esta niña es imbécil" si pretendes ponerle freno a su compulsión regaladora.

Pero volviendo al punto, cuando me vestí eran los únicos calcetines limpios por lo que no tuve más remedio que ponérmelos. Y todo el día, como cada vez que las circunstancias me obligan a usarlos, me he sentido vulnerable. Me da terror pensar que si por alguna razón insospechada me tengo que quitar las botas en público, me van a ver con mis calcetines horribles. Es más, siento que los calcetines y el hecho de que no quiero que me vean con ellos puestos pueden ser razón suficiente para que algo pase. Si a eso le sumamos esa cosa extraña que tengo atrapada al fondo del paladar y que he decidido llamar presentimiento llevo todo el día con una extraña inquietud.

viernes, 5 de febrero de 2010

Marcadores al 1 de febrero

Para facilitarme el conteo de los marcadores en este reto, hago aquí un recuento parcial al final del primer mes. Los primeros 31 días de los 79 que incluirá. ( El miércoles próximo, 10 de febrero, será justo la mitad del reto y haré un recuento cualitativo -tenía que ser profesora de investigación-).

jueves, 4 de febrero de 2010

addiction

the fact has to be acknowledged, and it has to be en english or it won't work

i'm sadly but helplessly addicted to cheap chick lit, and to make matter worse it includes crappy teenage chick lit

there, i said it
the worse part is that accepting it doesn't get me any closer to overcoming it.

martes, 2 de febrero de 2010

temblor

Acabo de sentir muy claramente un leve temblor y, la primera consecuencia, es que me delcaro incapaz de seguir leyendo el suelo bajo sus pies al menos por el momento. Desde el principio de la novela con el gran terremoto en Jalisco, la historia reslutla demasiado cercana. Después, en medio de los grandes terremotos y la desaparición de Villa Huracán, vino el terremoto de Haití y tuve que dejar el libro un par de semanas en lo que el terremoto podía retomar sus cualidades de situación literaria.

El fin de semana retomé la lectura pero con un miedo de fondo a enfrentarme a un terremoto real, justo como a Ormus Cama se me está borrando la forntera entre dos mundos distintos.

Tengo que confesarlo, quiero termirnar el suelo bajo sus pies pero me da miedo.