domingo, 29 de agosto de 2010

contra el caos

siempre es emocionante constatar como, a pesar de mi persistente sensación en sentido contrario, la vida cambia, mucho, todo el tiempo. el fin de semana fue de pequeñas celebraciones por grandes cambios que se vieron acompañadas de la firme decisión de revisar el rumbo.

es muy cómodo quedarme sentada en medio de este cada día más caótico cuarto y quejarme porque pasan cosas en la vida de todos y nunca en la mía. hoy caí en el cuenta que a veces la vida irrumpe hasta en un cuarto caótico, sacude desde dentro y obliga a tomar decisiones.

la primera decisión tiene que ver con acabar con este caos de una vez por todas. ojalá pudiera decir que voy a acabar con el caos para siempre, pero sé muy bien que es un fantasma que del que no puedo librarme y que muchas más veces perderé batallas contra él. simplemente quiero recordarle que aunque su triunfo haya durado tanto no es definitivo. a partir de este momento vuelve el principio de orden a mi vida, a mi espacio, a mis ideas y ni la humedad, ni el deterioro en el azul intenso, ni el moho en los rincones podrán preservar el caos.

hoy, como parte de mi celebración privada de los grandes cambios en la vida, haré que se vaya el caos, que empiece a retroceder. pero esto no significa que todo se quedará como está. sé que me estaba acostumbrando al caos, que me estoy acomodando y que la comodidad no me hace bien. necesito soltarme, necesito saltar, necesito vértigo. y el primer paso es sentirme más ligera, libre de este caos que me detiene.

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