jueves, 14 de enero de 2010

autorredescubrimiento

Si me hubieran preguntado hoy en la tarde a qué le tengo fobia mi respuesta hubiera sido "a los ratones". Si me lo preguntan ahora es "a las alturas... y un poco a los ratones".

La única vez que había experimentado este miedo con tal claridad fue hace como veinte años. Un día que quise cambiar por arriba de un muro de cinco metros de altura y más de un metro de ancho. Salí muy decidida pero a los dos pasos cometí el grave error de ver hacia abajo. Las rodillas me empezaron a temblar tanto que me tuve que sentar ahí. Después de un buen rato logré gatear los dos metros que me separaban de la parte sólida del edificio.

Casi no me acordaba de esa experiencia, pero hace rato regresó a mí con absoluta claridad. Mi papá sigue bastante mal de la rodilla así que decidí cambiar el foco de su recámara antes de que llegara y se le ocurriera subirse a la escalerita o hacer algún otro esfuerzo extraordinario de esos que decide indispensables cuando se supone que está en reposo. Mi mamá me ayudó a poner la escalerita y a subirme. Siempre que uso la escalera me siento en la parte alta o me quedo parada en el tercer escalón del arriba para abajo, pero el cuarto de mis papás es tan alto que tuve que subir un escalón más. Cuando quise estirarme las rodillas me empezaron a temblar incontrolablemente. Intenté estirarme tres veces más pero todas temblaba tanto que mi mamá, que estaba deteniendo la escalera, no lo podía creer. Acabé por rendirme y mover todos los muebles antiguos del cuarto para permitirme alcanzar el foco sin tener que pararme tan arriba en la escalera.

Es absurdo, lo sé, y me dio muchísima risa, pero así son las fobias, completamente absurdas. Temblar incontrolablemente a 1.5 metros del piso y con una cama junto, para amortiguar la caída como en las caricaturas.

Lo más extraño de la historia es que las alturas me encantan, amo los edificios altos y creo que la azoteas deberían ser usadas para más que tender la ropa y poner el tinaco. Me encanta conocer las azoteas de las casas, me encanta subirme a la de mi casa a ver pasar la vida desde con una perspectiva diferente.

1 comentario:

ANTAR dijo...

Me robaste una sonrisa...
SALUDOS