domingo, 10 de enero de 2010

juegos de mesa


Me encantan los juegos de mesa. Últimamente no los he jugado con suficiente frecuencia pero esto es una simple señal del estado actual de mi vida, no es nada general. El primer juego de mesa que recuerdo jugar hasta el cansancio es el Sorry! y tiene una historia muy particular.

Mi abuelo paterno era español y uno de sus hermanos migró a Nueva York, nunca conocí al tío D. pero sí a su esposa una polaco-americana, tía P. y a algunos de sus hijos y a un nieto. La tía P. vino a visitar a la familia en algún momento alrededor de 1984-1985. Regresó a Estados Unidos y envío una caja con regalos. Había algo para cada uno de los primos y un juego de mesa por familia. A mí, como al resto de las primas me tocó una joya ochentera: una bolsa Jordache que tenía adentro un monedero con una moneda de dólar.




En la casa nos tocó el Sorry! Durante algunos meses no los pudimos jugar porque las instrucciones y las cartas estaban en inglés y nadie de mi familia hablaba suficiente inglés para poder entenderlo y traducirlo. Esta situación se remedió (de forma muy particular como se verá más adelante) con la visita de un primo de Veracruz a quien no nombraré siquiera por inicial para no ventanearlo. El primo en cuestión aseguraba hablar inglés así que se sentó, leyó las instrucciones y me las explicó. El resultado: mis hermanos y yo jugamos Sorry con unas reglas complicadísimas y muy poco apegadas a las reales hasta que mi hermana y yo regresamos de Escocia y pudimos leerlas y reírnos del tarado primo que nos había estado jugando absurdamente durante unos cinco años.




Una vez que aprendimos a jugarlo adecuadamente empezamos a jugarlo a la menor provocación y estoy llegó a su punto máximo cuando acabábamos de entrar a la universidad que dos amigos pasaban por la casa por lo menos dos veces a la semana a jugar un Sorry! y se iban corriendo a seguir con sus ocupaciones.

Últimamente he extrañado esos tiempos en que me hacía tiempo en medio del caos para sentarme 45 minutos a jugar. Yo creo que eso me llevó a comprar un Sequence el sábado en la noche, por eso me pareció maravilloso que A. pasara por aquí hace rato, me propusiera jugar una partida y que después cada uno volviera a lo suyo.

1 comentario:

Pao Yu dijo...

Muy chido el juego “Sequence”, pero la verdad, me quedo con el “infierno”

Saludos Ro.